sábado, 28 de diciembre de 2013

Chirbes y Galdós


Rafael Chirbes, uno de los novelistas que mejor ha sabido analizar los cambios sociales de España en las últimas décadas, consagrado con Crematorio y En la orilla, rinde un homenaje al Galdós de Los Episodios Nacionales. Dice Chirbes que releyó la cuarta serie de los episodios de Galdós mientras escribía su obra En la Orilla, un amargo recorrido por la España de la crisis actual, que ha sido elegida mejor novela de 2013 por El País.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Sobre el libro Los malos en la historia de España


Gabriel Cardona y Juan Carlos Losada en Malos en la Historia de España hacen un recorrido ameno y divulgativo por algunos de los personajes más notoriamente calificados como malos. Los personajes aparecen en un breve contexto histórico, por lo que de forma muy interesante, podemos realizar un rápido repaso a aspectos sobresalientes de la historia de nuestro país. Desde los asesinos de Viriato, de Pedro I el Cruel a Torquemada, de Isabel de Farnesio a Fernando VII, del cura Merino al conde de España, hasta llegar a la guerra civil donde los autores se detienen especialmente, analiando los casos de Mola, Queipo de Llano y Yagüe por el bando sublevado y el de García Atadell, Dionisio Eroles, Aurelio Fernández, Manuel Escorza y otros por el bando republicano, vamos conociendo en detalle las atrocidades y maldades de estos personajes. El libro termina con un amplio capítulo sobre Carmen Polo de Franco. Sin duda se trata de una lectura complementaria y accesible para comprender algunos aspectos de la intransigencia y la violencia política de nuestra convulsa  historia.

martes, 3 de diciembre de 2013

Cartel en el instituto sobre la evolución constitucional en España

Varios alumnos del instituto Tomás Navarro Tomás han colaborado en la realización de un panel sobre la evolución constitucional desde 1812 a 1978, y haciendo referencia a la reforma constitucional del artículo 135 en 2011 -a partir de indicaciones del Banco Central Europeo
.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Clips de Historia

Sobre nacionalismos e Historia

El Roto, El País, 23/11/13
Luis Fernández Galiano comenta en Lecturas nacionales la aparición de dos libros de Historia que analizan la evolución historiográfica del concepto de España y del nacionalismo español, en estos momentos en que arrecian los nacionalismos periféficos, y se hace más necesaria que nunca la reflexión serena y objetiva de los historiadores independientes.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El rasgo, famoso artículo periodístico de Emilio Castelar sobre los bienes patrimoniales de Isabel II

Durante la última fase de los gobiernos moderados de Isabel II, Emilio Castelar, profesor universitario, publicó este artículo periodístico, en el que criticaba abiertamente los excesivos bienes que se reservaba la reina. Provocó su cese como catedrático y las protestas de los estudiantes, duramente reprimidas, en la llamada Noche de San Daniel (10 de abril de 1865).


El rasgo, Emilio Castelar
"Los periódicos reaccionarios de todos los matices nos han atronado los oídos en estos últimos días con la expansión de su ruidoso entusiasmo, de sus himnos pindáricos; verdadero "deliriums tremens" de la adulación cortesana. Según ellos, no la casta Berenguela, ni la animosa María de Molina, ni la generosa Sancha, ni la grande Isabel, ni Reina alguna desde Semíramis hasta María Luisa, han tenido inspiración semejante a la inspiración que registrarán con gloria nuestros anales y escribirán con letras de oro los agradecidos pueblos en bruñidos mármoles.

Vamos a ver con serena imparcialidad qué resta, en último termino, del celebrado rasgo. Resta primero una grande ilegalidad. En los países constitucionales el Rey debe contar por única renta la lista civil, el estipendio que las Cortes le decretan para sostener su dignidad. Impidiendo al Rey tener una existencia aparte, una propiedad, como Rey, aparte de los presupuestos generales del país, se consigue unirlo íntimamente con el pueblo. 

Hace mucho tiempo que se viene encareciendo cuánto podían servir para sacar de apurtos al Erario los bienes patrimoniales de la Corona. Y, sin embargo, nada, absolutamente nada se sacará ahora; nada. La Reina se reserva los tesoros de nuestras artes, los feraces territorios de Aranjuez, el Pardo, la Casa de Campo, la Moncloa, San Lorenzo, el Retiro, San Ildefonso: más de cien leguas cuadradas, donde no podrá dar sus frutos el trabajo libre, donde la amortización extenderá su lepra cancerosa. El Valle de Alcudia, que es la la principal riqueza del Patrimonio, compuesto de ciento veinte millares de tierra, no podrá ser desamortizado a causa de no pertenecer a la Corona, y, según sentencias últimas, pertenece a los herederos de Godoy. En igual caso se encuentra la riquísima finca de la Albufera, traspasada por Carlos IV a Godoy en cambio de unas dehesas de Aranjuez y unos terrenos de Moncloa. Si después de esto se transmite a la Corona el veinticinco por ciento de cuanto haya de venderse, quisiéramos que nos dijesen los periódicos reaccionarios que resta del tan celebrado rasgo, qué resta sino un grande y terrible desencanto.

Los bienes que se reserva el Patrimonio son inmensos: el veinticinco por ciento, desproporcionado; la Comisión que ha de hacer las divisiones y el deslinde de las tierras, tan tarda como las que deslindan de los bienes del Clero; y en último resultado, lo que reste del botín que acapara sin derecho el Patrimonio vendrá a engordar a una docena de traficantes, de usureros, en vez de ceder en beneficio del pueblo. Véase, pues, si tenemos razón; véase si tenemos derechos para protestar contra ese proyecto de Ley, que, desde el punto de vista político, es una engaño; desde el punto de vista legal, un gran desacato a la ley; desde el punto de vista popular, una amenaza a los intereses del pueblo, y desde todos los puntos de vista uno de esos amaños de que el partido moderado se vale para sostenerse en un Poder que la voluntad de la nación rechaza; que la conciencia de la nación maldice". 

Emilio Castelar, en el periódico La Democracia, de 25 de febrero de 1865. 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Cuadro comparativo de las constituciones del siglo XIX

Mendizábal,de Galdós


En el episodio nacional titulado Mendizábal, Galdós recrea la época de los poetas románticos y los políticos progresistas atrapados entre la Regente, la guerra carlista y las divisiones internas, en los años 1835 y 1836, y culmina con la aprobación por Mendizábal  del decreto de desamortización.

"Fijó su atención en el largo escrito, y leyó cuidadosamente, recreándose en cada párrafo, en cada palabra, en cada letra. El preámbulo era frío, despiadado, cruel. El artículo 1.º, semejante a una inmensa hoz, decía con aterrador laconismo: «Quedan suprimidos todos los Monasterios, Conventos, Colegios, Congregaciones y demás casas de Comunidad o de instituto religioso de varones, inclusas las de clérigos regulares y las de las cuatro ordenes militares existentes en la Península, islas adyacentes y posesiones de España en África...».
Continuando la detenida lectura, algo hubo de encontrar en el artículo 5.º que no le gustaba. Trazó la enmienda entre líneas, y después de borrar y escribir de nuevo al margen, tiró de la campanilla. A poco de penetrar el portero y de recibir una breve orden del Ministro, presentose un señor de mezquina estatura, con anteojos de oro sobre el huesudo caballete de su nariz de trompa; traía en la mano un papel semejante al que D. Juan de Dios acababa de leer.
«Mire usted, Sánchez -le dijo el Ministro dándole el decreto-, hay que modificar la disposición referente a los conventos de monjas que deben quedar. No están claras las atribuciones de las Juntas que han de determinar el número de religiosas... Prevengamos las malas interpretaciones, los abusos. Vea usted cómo he redactado el párrafo segundo del artículo 5.º... Ponerlo todo en limpio y que lo vea Argüelles... Ese otro decreto (el que Sánchez le traía recién copiado), no necesita más enmienda. Perfectamente claro y preciso...». Recreose también en su texto, fríamente ejecutivo, revolucionario. Como quien no rompe un plato, el artículo 1.º decía: «Quedan declarados en venta, desde ahora, todos los bienes raíces de cualquier clase que hubiesen pertenecido a las Comunidades y Corporaciones religiosas extinguidas, y los demás que hayan sido adjudicados a la nación por cualquier título o motivo, y también los que en adelante lo fueren, desde el acto de su adjudicación».
«¿No tenemos ya nada que corregir aquí?» -preguntó el de la aventajada nariz.
-Absolutamente nada.
-¿De modo que...?
-A la Gaceta con él...
-¡A la Gaceta! -replicó el funcionario, recogiendo de manos de su jefe el terrible documento.
-Daremos el otro dentro de unos días... Me lo trae usted mañana, puesto en limpio... Y ahora... Media noche ya... pueden ustedes retirarse... Yo me quedaré un rato más examinando esta correspondencia... Que se aguarde Milagro.
Volvió a quedarse solo; y tan grande excitación sentía, que tuvo que espaciar sus ideas y sacudir sus nervios, paseándose de largo a largo en la vasta pieza. «¡Para que digan que no hago nada!... ¡Qué revolución, qué colosal sacudimiento!... Entrego a la clase media... cuatro mil millones... ¿qué digo?, más, mucho más». Volvió a la mesa, y rápidamente trazó algunos números... «Seis, siete mil millones, y aún me quedo corto...». Mirando al espacio, quedose como en un embeleso dulce o embriaguez financiera... Su mente se lanzaba a las presunciones del porvenir, nadando en un océano tan revuelto como profundo, con olas de cifras cada vez más hinchadas..."
   Galdós, Mendizábal., cap. 30

"Otra vez solo, engolfado el pensamiento en el maremágnum político: «Traeré un Estamento a mi gusto... La ingratitud de Galiano, la envidia de Istúriz no prevalecerán... Yo no miro más que a la libertad, que deseo afianzar; a la guerra, que quiero concluir a todo trance; al país, a esta infeliz patria devorada por las malas pasiones, por tantos odios... pobre, sumida en la ignorancia... ¡Triste herencia la del tal D. Fernando VII! Si este señor hubiera sido de otra condición, ¡qué bien estaríamos!... Quizás podría yo ahora desarrollar tranquilamente mi pensamiento, madurarlo bien... Con estas prisas, allá va todo como Dios quiere... ¡Qué lástima, Señor, qué lástima!... Porque tiene razón Caballero. ¡Cuánto mejor, en política y economía, repartir al pueblo esta masa de bienes en vez de sacarlos al mercado! ¿La parte de deuda que se amortiza vale más o vale menos que los intereses territoriales que podrían crearse con ese reparto, hecho juiciosamente? ¿Es preferible el crédito circunstancial, para encontrar quien preste, a las ventajas futuras de la buena distribución del terreno?... ¿Y qué decir de los abusos que en las subastas pueden cometerse?... Resultará que los caciques de los pueblos, la clase bursátil, los que poseen ya una mediana fortuna, adquirirán bienes considerables pagándolos a largos plazos con el mismo producto de las tierras... Y en tanto el pueblo agricultor y laborioso no podrá adquirir propiedad... ¡Si lo he pensado, Señor, si lo he pensado!... ¡Pero no le dan a uno tiempo para nada!... ¡Esta política, esta vida...! No es posible, no es posible. Que venga aquí el Sursum corda, y se volverá para arriba, para el Cielo, sin haber hecho nada. ¡Vivir al día, defenderse hoy de las asechanzas de mañana, temblando siempre, sin hora segura... y tener que sufrir una descarga cerrada de discursos...! ¡Las dichosas polémicas, los malditos abogados...! Y menos mal si uno contara con tener bien cubiertas las espaldas... ¡Pero siPalacio le pone a usted en la calle el mejor día, como a un criado...! ¡Ah! Con esta inseguridad, con esta zozobra, ¿qué planes, ni qué reformas, ni qué soluciones grandes son posibles? Esto es un vértigo, dar quiebros al enemigo, agarrar el poder con las dos manos, sujetarlo además con los dientes para que los de allá no nos lo quiten... No puede ser, no puede ser... Pero Mendizábal no se va sin realizar algo, ya que no toda la grande obra, y le dice al país: te he quitado treinta y seis mil frailes y diez y siete mil monjas; te doy cuatro mil millones, seis mil, para que empieces a formar un conglomerado social fuerte y poderoso... De mogollón lo hago... No me dan tiempo para más. Luego, Dios dirá...».
   Galdós, Mendizábal, cap. 31

sábado, 9 de noviembre de 2013

Memorias de un cortesano de 1815


Memorias de un cortesano de 1815 pertenece a la segunda serie de los Episodios Nacionales, escrita por Benito Pérez Galdós en 1875, es una de las menos conocidas del autor pero que mejor describen lo que era la monarquía absolutista, donde se narran las pericipecias del arribistista Juan de Pepaón, y se describe la miseria moral y política de la restauración absolutista de Fernando VII en 1814 y 1815, cuando se ensañó en la persecución de los liberales y en la vuelta a las viejas prácticas de la corrupción y el reparto de los escasos recursos del estado entre los oportunistas y aduladores. En realidad las prácticas de corrupción que se describen han sido una práctica habitual hasta nuestros días, constituyendo el verdadero hilo conductor de la política en España, el origen de tanto mal gobierno y pobreza. Debería ser una lectura fundamental para los estudiantes de bachillerato y los españoles que quieran conocen de qué va en realidad nuestra historia. Es una novela histórica absolutamente documentada en sus rasgos no novelescos y ficcionales -necesarios para urdir la trama.

He aquí el capítulo XXII, donde se critica la actuación de Fernando VII y se reconocen los errores de los liberales de 1812:

"Antes de seguir, quiero indicar las observaciones que sugirió el manuscrito de estas Memorias a una persona de aquellos tiempos y de estos. D. Gabriel Araceli , a quien lo mostré (no es preciso decir cuándo ni cómo), me dijo que los lectores de él, si por acaso lograba tener algunos, no podrían menos de ver en mí un personaje de las mismas mañas y estofa que Guzmán de Alfarache, D. Gregorio de Guadaña o el Pobrecito Holgazán; a lo cual le contesté que sí, y que de ello me holgaba, por ser aquellos célebres pícaros de distintas edades los más eminentes hombres de su tiempo, y caballeros de una caballería que yo quería resucitar para que se perpetuase en la edad moderna. Dijo también el sobredicho señor, que nada de lo que apunté o describí con burdo o sutil estilo, se diferenciaba un punto de la verdad.
-La comparsa en que Vd. figuró, señor D. Juan -dijo al fin, echándoselas de dómine sermonista-, fue de las más abominables y al mismo tiempo de las más grotescas que han gastado tacones en nuestro escenario político. Cuanto puede denigrar a los hombres, la bajeza, la adulación, la falsedad, la doblez, la vil codicia, la envidia, la crueldad, todo lo acumuló aquel sexenio en su nefanda empolladura, que ni siquiera supo hacer el mal con talento. El alma se abate, el corazón se oprime al considerar aquel vacío inmenso, aquella ruin y enfermiza vida, que no tiene más síntomas visibles en la exterioridad de la nación, que los execrables vicios y las mezquinas pasiones de una corte corrompida. No hay ejemplo de una esterilidad más espantosa, ni jamás ha sido el genio español tan eunuco.
»Los junteros de 1808, los regentes de 1810, los constitucionalistas de 1812, cometieron grandes errores. Iban de equivocación en equivocación, cayendo y levantándose, acometiendo lo imposible, deslumbrados por un ideal, ciegos, sí, pero ciegos de tanto mirar al sol. Cometieron errores, fueron apasionados, intemperantes, imprudentes, desatentados; pero les movía una idea; llevaban en su bandera la creación; fueron valientes al afrontar la empresa de reconstruir una desmoronada sociedad entre el fragor de cien batallas; y rodeados de escombros, soñaron la grandeza y hermosura del más acabado edificio. Hasta se puede asegurar que se equivocaron en todo lo que era procedimiento, porque los que discurrían como sabios lo hacían como niños. La especie de tutela a que quisieron sujetar en 1814 al Rey, viajero desde Valencey a Madrid, y el pueril formulismo ideado para hacerle jurar a él, vástago postrero del absolutismo, la precoz Constitución de Cádiz, fueron yerros que debían producir el golpe de Estado del 10 de Mayo. Hasta se puede sostener que Fernando estaba en su derecho al hacer lo que hizo; pero nada de esto atenúa las grandes, las inmensas faltas de la monarquía del 14. Fue la ceguera de las cegueras. La crueldad, la gárrula ignorancia de aquella política no tiene ejemplo en Europa. Para buscarle pareja hay que acudir a las atrocidades grotescas del Paraguay, allí donde las dictaduras han sido sainetes sangrientos, y han aparecido en una misma pieza el tirano y el payaso.
»No existe nada más fuera de razón, más inútil, más absurdo, que la reacción de 1814; no sucedió a ningún desenfreno demagógico; no sucedió a la guillotina, porque los doceañistas no la establecieron, ni a la irreligión, porque los doceañistas proclamaron la unidad católica; ni a la persecución de la nobleza, porque los nobles no fueron perseguidos: fue, pues, una brutalidad semejante a los golpes del hado antiguo, sin lógica, sin sentido común. Nada de aquello venía al caso. Si Fernando hubiera cumplido la promesa hecha en el manifiesto del 4 de Mayo, si hubiera imitado la sabia conducta de Luis XVIII, que desde la altura de su derecho saludaba el derecho de las naciones; ¡cuán distinta sería hoy nuestra suerte! Sin necesidad de aceptar la Constitución de Cádiz, que era un traje demasiado ancho para nuestra flaqueza, Fernando hubiera podido admitir el principio liberal, inaugurando un gobierno templado y pacífico para la nación y por la nación. Pero nada de esto hizo, sino lo que usted ha descrito, y aquellos seis años fueron nido de revoluciones. El desorden germinó en ellos, como los gusanos en el cuerpo insepulto. Desde 1814 a 1820 hubo en España trece conspiraciones, todas para derrocar el gobierno absoluto, una para esto y para asesinar al Rey. Abortaron las trece, pero la décima cuarta parió... Los liberales se presentaron con la rabia del vencedor y la hiel criada en el destierro. ¿Qué les impulsaba en 1812? La ley. ¿Y en 1820? La venganza. Continuaba el vicio, la corrupción, la crueldad; pero el absolutismo de Vds. había sido tan rematadamente malo, que en los liberales del trienio famoso podía haber crueldad, ambición, rapacidad, venganza, imprudencia y aun dosis no pequeña de tontería... podían aquellos benditos avanzar hasta un grado extremo en la escala de estos defectos, sin temor de llegar nunca, no digo a superar, pero ni siquiera a igualar a sus antecesores».
Así mismo me lo dijo, y se quedó tan fresco".

sábado, 19 de octubre de 2013

Artículo del historiador Gabriel Tortella sobre el problema catalán


El historiador Gabriel Tortella en El tigre que nunca debió salir de su jaula reflexiona sobre los antecedentes históricos e intenta explicarse por qué en este momento preciso se ha desatado el independentismo catalán. Interesante análisis que los estudiantes de 2º de bachillerato podrían llegar a comprender al finalizar el curso, cuando se haya completado el estudio de la Historia de España.

lunes, 3 de junio de 2013

La serie de Villaronga sobre Eva Perón en TVE



TVE 1 emitió el pasado jueves el primer capítulo de una excelente miniserie titulada Carta a Eva dirigida por Agustí Villaronga. Este próximo jueves se emitirá el segundo y último capítulo. La serie está basada en un hecho real ocurrido en los años cuarenta durante la dictadura franquista, durante la visita de Eva Perón a España. Juan Cruz escribió un  artículo al respecto.
Enlace para ver la serie:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/carta-a-eva/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/carta-a-eva/

viernes, 24 de mayo de 2013

Sobornos de MI6 a militares de Franco


Tras la desclasificación de documentación del servicio secreto británico se ha confirmado la sospecha del soborno británico a militares españoles durante el franquismo para que España no entrase en la II Guerra Mundial apoyando abiertamente a Hitler.

jueves, 25 de abril de 2013

viernes, 1 de marzo de 2013

Sobre el NODO


En este enlace se tiene acceso al video sobre el NODO, en el que se pueden conocer algunos aspectos -el audio es en catalán- poco difundidos del mismo -

martes, 26 de febrero de 2013

Novela de ambientación histórica sobre un anarquista español

El escritor Pablo Martín Sánchez acaba de publicar la novela El anarquista que se llamaba como yo que transcurre en las primeras décadas del siglo XX español, con el telón de fondo del moviento anarquista, y en la que se suceden los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, y la dictadura de Primo de Rivera. 

miércoles, 20 de febrero de 2013

lunes, 11 de febrero de 2013

Galdós siempre


Han pasado 100 años de este texto de Galdós y la historia de España parece permanecer en el mismo laberinto.

"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental".
Benito Pérez Galdós. "La fe nacional y otros escritos" (1912)

El franquismo y la Iglesia

Aunque este es un tema controvertido y polémico, en este fragmento de la reciente obra del historiador Julian Casanova España partida en dos, se analizan algunos aspectos de las relaciones entre el franquismo y la Iglesia católica

El verdadero tema transversal de la historia de España

Durante los últimos cursos de Historia de España y al hilo de la actualidad política, comienza a ser una evidencia llegar a la conclusión que la verdadera constante que recorre toda la materia es las diversas formas que adquiere este verdadero engrasante de la política en España -y como muy bien recuerda Antonio Elorza en Corrupciones

sábado, 2 de febrero de 2013

Sobre las reiteradas crisis de la monarquía en España

Al hilo de los recientes casos de corrupción tan próximos a la corona española, el profesor Javier Pérez Royo hace un breve recorrido en Atrofia del instinto de conservación  los dos últimos siglos de historia de España, donde las repetidas crisis de la corona han desestabilizado la vida española.

lunes, 28 de enero de 2013

Sobre el protectorado de Marruecos

La historiadora Mª Rosa de Madariaga acaba de publicar un libro sobre Marruecos -titulado Marruecos, ese gran desconocido- en el que analiza los años del protectorado, y al hilo de los casos de corrupción en la política española recuerda los numerosos casos similares en la administración española de lo que prácticamente era una colonia. La corrupción es una constante en la política española y en realidad es uno de los principales temas transversales de la política española desde el siglo XIX, por centrarnos en la época contemporánea. Es precisamente la corrupción que va cabalgando por el liberalismo y la democracia, por las dictaduras, la república y la monarquía parlamentaria cercenando todo la política española sin visos de poder ser atajada.

martes, 15 de enero de 2013

La biografía de Julio Aróstegui sobre Largo Caballero

El historiador Julio Aróstegui ha publicado una amplia biografía sobre el controvertido dirigente del PSOE y de UGT Largo Caballero, que fue ministro de Trabajo en el bienio azañista de la II República y presidente de gobierno desde septiembre de 1936 durante la guerra civil.

viernes, 11 de enero de 2013

Sobre el crimen de Casas Viejas

 
Ochenta años después de los incidentes ocurridos en Casas Viejas, que acabaron precipitando la caída del gobierno de Azaña y el final de la etapa de reformas progresistas de la II República, varias publicaciones dilucidan lo ocurrido allí.
El documental de Basilio Martin Patino intentaba profundizar en la complejidad de estos sucesos