jueves, 27 de febrero de 2014

El libro de Julián Casanova sobre la guerra civil



Por su interés, reproduzco íntegra esta reseña del libro España partida en dos y una entrevista con el autor del libro Julián Casanova, aparecidos en la web Curistoria de Manuel J. Prieto:

"En la entrada de hoy, día de recomendaciones, les traigo junto a la propia reseña y nota en torno al libro, una pequeña entrevista que el autor, Julián Casanova, tuvo la amabilidad de responder. Interesante su opinión, y también muy interesante el libro: España partida en dos. El subtítulo del libro es Breve historia de la Guerra Civil española, por lo que ya saben el tema.
Y si bien el tema no es nuevo, ni mucho menos, el libro tiene algunas características que lo hacen más que aconsejable y que, después de leerlo, me llevan a recomendarlo aquí y en otros lugares, porque merece la pena. El texto cumple con lo que prometido en el subtítulo, es breve, en torno a doscientas páginas (más notas, bibliografía...), pero bastan esas para componer una historia de la guerra, su desarrollo y sus causas, que huye de cifras y cifras innecesarias, que no se recrea en la evolución plenamente bélica del conflicto y que no pierde tiempo ni palabras en arrancar caminos que por poder andar con detalle serían pasos perdidos. En cambio, lo esencial lo cuenta y lo cuenta bien, fácil de seguir y entretenido.
Es un libro perfecto para aquellos que no sepan mucho de nuestra guerra civil y quieran acercarse a ella con un aterrizaje suave. Por supuesto, también para hacer un repaso y darse un paseo general. Personalmente creo que es casi obligatorio conocer esa guerra más allá de las cuatro trazas que deja la cultura general y recomendaría este libro a cualquiera que quiera hacer ese aterrizaje. Estructurado en siete u ocho capítulos principales, el texto cubre en cada uno de ellos un tema desde su brote hasta su final. Es decir, las causas, el papel de la Iglesia, la intervención (y no intervención) internacional, las vicisitudes de cada bando… están tratados de inicio a fin en un capítulo y por lo tanto se sigue el tema sin problemas y se va generando, a medida que se avanza en el libro, esa visión global del conflicto. Es habitual en este tipo de libros un planteamiento puramente cronológico que hace que las cuestiones y aspectos vayan y vengan y compliquen la lectura y la comprensión del impacto real y la evolución de dichos aspectos.
En resumen, un libro que les recomiendo. Editado por la editorial Crítica, que ya saben ustedes que es de mis favoritas y con notas y bibliografía recomendada. Por cierto, tenía en la lista de deseos otro libro del mismo autor y editorial, Europa contra Europa (1914-1945), que después de esta lectura compraré y leeré. Ya les contaré.

Ahora, les dejo la entrevista que amablemente respondió Julián Casanova, el autor. Catedrático de Historia Contemporánea, su lista de publicaciones es enorme y estas van desde la pura investigación a la divulgación, como es el caso que nos ocupa. Publica y enseña también fuera de España y ha pasado por universidades británicas, estadounidenses y latinoamericanas. Como supondrán, años de trabajo y estudio que dan soporte y consistencia a ese España partida en dos. Muchos de ustedes lo conocerán por sus colaboraciones habituales en los medios de comunicación. De hecho, yo suelo escucharlo junto a Julia Otero en Onda Cero.
Aprovecho para recordarles que Curistoria estará en Onda Cero de nuevo este verano y que pueden seguir hasta entonces escuchándome diariamente en Nits de Radio, en Onda Cero Cataluña. Pronto subiré esos cientos de grabaciones a la red para que puedan descargarse.
Vaya desde aquí de nuevo mi agradecimiento a Julián Casanova por prestarse a la entrevista y por su amabilidad".
Julián Casanova (foto de E. Bayona)
"El enfoque del libro, estructurándolo por temas (los precedentes, la Iglesia, la República en guerra…), me parece uno de los grandes aciertos de la obra y además hace que sea perfecta para acercarse al conflicto sin muchos conocimientos previos al facilitar seguir los hechos. ¿Hay algún bloque o tema principal que pudiera haber estado a ese primer nivel, quizás, en una obra más extensa?

-Se ha escrito tanto sobre la guerra civil y sus personajes que cada capítulo merecería un libro por separado. Con más espacio, hubiera incluido más narración de vida cotidiana, en el frente y en la retaguardia.

¿Qué significado tiene la carta que envió Franco a finales de junio del 36 a Santiago Casares Quiroga, a la sazón Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, advirtiendo de los sentimientos del ejército y de lo que podría pasar si no cambiaba la situación? ¿De verdad aún entonces se podría haber evitado la guerra? En su opinión, ¿qué buscaba Franco con aquella carta?

-El golpe estaba preparadísimo y su inicio era difícil de evitar. Podría haber triunfado, que es lo que esperaban los golpistas, y no habría abierto una guerra civil. Era difícil, por otra parte, que fracasara y los golpistas se retiraran, después de lo que habían arriesgado y a la cantidad de gente que habían comprometido. La pregunta no es sí la guerra civil fue inevitable. Una situación de conflicto extremo no tiene por qué dirigir a una guerra civil, como la historia de Europa de aquel período demuestra. Sin la combinación de golpe de Estado, división de las fuerzas armadas y resistencia, nunca se hubiera producido una guerra civil. En la carta de Franco se adivinan, además de la típica presión corporativa, muy común de los militares españoles hacia el poder político, un intento de que cuenten con él para recomponer la situación, porque en ese momento él no era el principal dirigente de los golpistas.

La Iglesia como institución dio legitimidad moral a los sublevados, pero ¿hubo también ayuda significativa en la propia acción bélica por parte de los religiosos (delaciones, ayuda a huir o refugiarse…)?

-Ese es un apartado que traté ampliamente en La Iglesia de Franco (publicado en Temas de Hoy en 2001 y, con notas a pie de página, en Biblioteca de bolsillo, en Crítica, en 2005). En el norte, especialmente en Navarra y Álava, muchos seminaristas y curas fueron los primeros en enrolarse y colaboraron en el reclutamiento. Sobre la recaudación de fondos hay bastantes testimonios de obispos y sacerdotes animando “para cooperar por todos los medios viables al triunfo del ejército salvador de España”. En todas las diócesis se abrieron suscripciones “a favor del Ejército salvador”, respondiendo a la llamada de la Junta de Defensa Nacional de Burgos que había solicitado el 16 de agosto donativos en oro y metálico. Gomá, en esos primeros momentos, le dio a Franco 32.000 libras, que llegaban de Irlanda, para el “ejército nacional”. Pero la mayor implicación de la Iglesia católica, de religiosos y de católicos de a pie, fue en la delación y denuncia de personas sabiendo que detrás de ellas estaba en muchas ocasiones el asesinato.

¿En el momento del golpe se planteaban ya los sublevados como la posibilidad más cierta una guerra larga, o fue algo que tuvieron que llevar a cabo tras el resultado inicialmente fallido?

-No, lo que se plantearon claramente fue un triunfo rápido con toda la violencia necesaria para reprimir las resistencias. A partir de ese momento, la guerra se internacionalizó y tanto el Gobierno de Giral como los golpistas buscaron apoyos externos. Eso es lo que alargó la guerra, con el retraimiento de las potencias democráticas y la intervención de las fascistas, y se hizo todavía más mortífera.

¿Hubo en algún momento posibilidad de acuerdo de paz? Antes de que Franco decidiera que había que vencer y dejar vencidos tras la guerra.

-No, porque Franco siempre negó esa posibilidad y la Iglesia católica le apoyó hasta el final para que no hubiera ni perdón ni reconciliación (lo trato, de forma detallada, en pp. 156 y 157 del libro).

Hace unos días han sido desclasificados documentos de los Archivos Nacionales británicos que muestran sobornos a cargos franquistas, ya comenzada la Segunda Guerra Mundial, para asegurar la neutralidad de España en dicho conflicto. El hecho era conocido, pero en cualquier caso ¿faltan aún hechos por esclarecer? ¿Hay fuentes sobre la Guerra Civil, especialmente en España, que aún siguen sin ser estudiadas?

-El saber no ocupa lugar y no es extraño, así funciona nuestro oficio, que la apertura de archivos haga salir a la luz nueva fuentes. Pero lo fundamental sobre la guerra civil está investigado, con diferentes puntos de vista y narraciones. Dicho esto, por poner un ejemplo, los archivos militares pueden ofrecer todavía, si se abren sin límites, abundante y nueva información sobre la represión.

En su opinión, ¿por qué casi 80 años después del comienzo de la Guerra Civil se sigue hablando de ella con tanta vehemencia por parte de algunos?

-La memoria de la guerra civil, tanto en la transición como en la democracia, ha estado absolutamente condicionada por larga dictadura, que en cuatro décadas marcó el paso en la educación y en la propaganda sobre el tema; impuso de forma abrumadora las versiones y memorias de los vencedores y reprimió la de los vencidos. Es un tema utilizado políticamente y en el que no pocos historiadores han subordinado el conocimiento y la investigación a sus posiciones ideológicas. La propaganda y los recuerdos familiares se han impuesto al conocimiento en los programas de historia, al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con el nazismo en Alemania.

Desde su postura privilegiada como historiador español que ha pasado por universidades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa ¿cómo se percibe nuestra guerra civil cuando se estudia en esos lugares?

-Suscita mucho interés. La prueba es que España partida en dos apareció antes en inglés, en la editorial I. B. Tauris, desde donde me encargaron una breve historia de la guerra civil, para una colección en la que hay breves historias de los etruscos, celtas, la Grecia antigua… Además es un tema vivo en muchas universidades de todo el mundo con tradición de buenos hispanistas, sobre todo angloamericanos, y el interés en la literatura, documentales y películas tampoco cesa.

Al final del libro se seleccionan 25 libros como bibliografía básica de la Guerra Civil, sin duda algo que es de agradecer. Pero para alguien que comienza a acercarse a ese momento de nuestra historia con su España partida en dos, ¿cuál sería el siguiente paso, la siguiente lectura?

-En inglés, y ese es el único cambio respecto a la edición en castellano, lleva un comentario bibliográfico más amplio. Para la edición de Crítica, preferí hacer una selección. Yo siempre recuerdo el libro de Ronald Fraser, Recuérdalo a tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la guerra civil española (Crítica), con excelente narrativa.

Unas preguntas para conocer al autor.
Tres libros que recomendaría, de cualquier tipo.

-A sangre fría, Truman Capote
La Regenta, Leopoldo Alas “Clarín”
El emperador del Paralelo. Lerroux y la demagogia populista, de José Álvarez Junco

Tres películas que no debe uno perderse.

-Grupo salvaje, Sam Peckinpah
Viridiana, Luis Buñuel
Notorius (Encadenados), Alfred Hitchcock

Cuál es tu rutina, manías, vicios… a la hora de escribir.

-Escribo a mano, con bolígrafo de tinta negra, y después paso el manuscrito a ordenador. Eso lo hago con un libro o con un artículo breve en El País. Los correctores, conmigo, apenas tienen trabajo.

Próximos proyectos.

-Hace tiempo que miro al este (de Europa)

Recomiende una época, hecho, personaje… de la historia que no haya que perderse

-Europa, 1914-1945. Ahí está casi todo: hechos, ideas y personajes.

Y estando en Curistoria… ¿alguna anécdota en torno al libro?

-Gente que quiere demostrar que sabe mucho y me censura que no haya tratado con más detenimiento las batallas, el anarquismo, la represión, las biografías de los personajes más relevantes….. El libro tiene 217 páginas, notas incluidas".

sábado, 15 de febrero de 2014

Sobre Azaña

En esta secuencia de Azaña (Santiago San Miguel, 2008), película sobre la figura del más destacado político de la II República, se sintetizan varias de sus más destacadas reformas (reforma religiosa, militar...)



Según el historiador Javier Paredes, estas fueron algunas de las palabras de Azaña, durante la larga sesión de la tramitación parlamentaria de los artículos del asunto religioso en las Cortes Constituyentes de 1931:
"El famoso artículo 24 del proyecto de Constitución, que al aprobarse se convertiría en el artículo 26, fue debatido acaloradamente, sectariamente sería más apropiado, en la sesión del 13 de octubre de 1931,  que comenzó a las 4,30 de la tarde y concluyó a las 7,40 de la mañana siguiente. Fue en esta sesión nocturna en la que Azaña pronunció su famoso discurso en el que en un momento dado dijo: “Estos problemas a mi corto entender son, principalmente tres: el problema de las autonomías locales, el problema social en su forma más urgente y aguda, y este que llaman el problema religioso, y que es, en rigor, la implantación del laicismo de Estado con todas sus inevitables y rigurosas consecuencias. Ninguna de estos problemas los ha inventado la República. La República ha rasgado los telones de la antigua España oficial monárquica […] La premisa de este problema religioso, hoy político, lo formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica”. 
La intervención de Azaña resultó decisiva, fue felicitado por todo el Gobierno provisional y la Cámara aprobó el citado artículo, en uno de cuyos párrafos se podía leer: “Quedan disueltas aquellas órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes”.
 La Constitución se aprobó el 9 de diciembre de 1931, y dos meses y medio después, mediante el decreto del 24 de febrero de 1932, se concretaba este artículo de la Constitución –por si no estaba lo suficiente  claro contra quien se había escrito-  con la expulsión de los jesuitas".

3ª evaluación (temas 14-17)

sábado, 8 de febrero de 2014

La partida del rey Alfonso XIII

Ríos de tinta se vertieron sobre la marcha de Alfonso XIII fuera de España  y la llegada de la II República.

Texto de la renuncia del rey Alfonso XIII hecho público en el diario ABC el 17/4/1931

Resulta muy destacable la obra de Josep Pla Madrid. El Advenimiento de la República, un dietario  plagado de observaciones inteligentes, que vistas en perspectiva resultan de una lucidez asombrosa. He aquí unas líneas sobre sus impresiones sobre el texto de la renuncia del rey -que erróneamente el escritor ubica en la misma tarde del 14 de abril, cuando el artículo se publicó el día 17 de abril:

  "Mientras el señor Ayuso me contaba estas noticias, salieron los periódicos de la tarde. La gente los   arrancaba de las manos de los vendedores. Los compramos. Grandes titulares. Los leímos, claro. En primera plana, los periódicos publican el documento del Rey. Es un manifiesto al país cuya particularidad consiste en no contener renuncia alguna a ningún derecho de la familia real. Alfonso XIII presenta su partida como un mal menor para España porque esta marcha va a evitar la guerra civil. Pone el énfasis,de forma explícita, en que no ha querido resistir en ningún momento. Todo el documento acentúa la nota constitucionalista pura, y está escrito con una notoria preocupación histórica. Ayuso, que, según me cuenta, ha cambiado de régimen con un ligero respingo, parece satisfecho del contenido del documento real. Me despido agradecido de mi amigo de Soria y entro en Teléfonos. Encuentro aalgunos periodistas con los que me une una larga amistad. Les pregunto quién es el autor del documento del Rey publicado por los periódicos. Me dicen todos lo mismo: Está escrito de su puño y letra por el conde de la Mortera, por Gabriel Maura.
Es curioso, pienso. Mientras Miguel Maura forcejeaba para apoderarse de Gobernación en nombre de del gobierno provisional, su hermano Gabriel escribía la despedida del Rey y preservaba los derechos de la dinastía de forma explícita y clara. Mis compañeros, que han constatado el hecho igual que yo, también lo encuentran curioso. 
Es curioso, en efecto. En España pasa siempre lo mismo. Una vez más, hemosdispuesto las cosas para ver quién gana a largo plazo. ¿Ganará don Gabriel?¿Ganará donMiguel?¿Quién ganará?No es lo primero que vemos ni lo último que vamos a ver, si vivimos... diceotro compañero encogiéndose escépticamente de hombros".

La famosa carta, convertida en manifiesto al país, y publicada el día 17 de abril en el diario ABC, fue redactada en realidad por Gabriel Maura -hijo del político conservador Antonio Maura y hermano del republicano de derechas Manuel Maura-. El Rey se encontraba ya en Marsalla. El ministro de Hacienda del Gobierno Provional Indalecio Prieto aclara que no quiere poner ninguna traba a la difusión de la misma.

martes, 4 de febrero de 2014

Sobre el desastre de Annual de 1921

Para comprender la enorme transcendencia militar, política y social   que tuvo el desastre de Annual de 1921, este magnífico documental de Miguel Horrillo de 2007 titulado Rif 1921 (Una historia olvidadada), a través del testimonio de varios historiadores, nos permite adentrarnos en los antecedentes y consecuencias de este suceso clave en la historia española del reinado de Alfonso XIII.